Las marcas de la calle
“La estacionó allí porque tenía una imperiosa necesidad de caminar para serenarse, y mucho le habría gustado caminar descalzo, como en la arena de los Queltehues, pero acontecía que la calle de San Pablo, y luego la del Estado, la de Huérfanos, las de Ahumada y Agustinas, en lugar de arena tenían adoquines y colillas de cigarrillo, manchas dudosas, frescos esputos de mendigos tuberculosos, clavos y papeles miserables”
Los convidados de piedra
Jorge Edwards
Seix Barral
Página:
259
Año de publicación:
1978
Edición:
1
ISBN:
84-322-0337-8
Genero:
Novela