Cita display

Presagio

Callados, caminamos de vuelta a la Casa Central. Tan solo caminamos . No hubo abrazos ni declaraciones indirectas. Solo caminamos, arrojando vapor por la boca y teniendo cuidado de no pisar las pozas de agua. Mirando a veces el cielo. Pero fue entonces cuando supe -no me pregunten cómo, sólo lo supe- que Sebastián terminaría en mi casa, viendo películas en vídeo, probando el pan con palta que yo le tostaría a la hora del té, revolviéndonos en el sillón cuando llegara la noche. Sólo era un problema de tiempo.

No me equivoque. No en eso. Suave como una carretera nueva, así fue todo.

Trescientos metros
Ernesto Ayala
Alfaguara
Página: 76-77
Año de publicación: 2000
Genero: Narrativa