Fundación Ciudad Literaria

“Primitivamente fue la plaza un sitio eriazo, cortado por una acequia y sembrado de hoyos, que quedaron al fabricarse los adobes para las murallas de la iglesia, tosca construcción de techo de paja, levantada en espacio de doce años, a costa de grandes sacrificios, rodeada por el cementerio de los pobres. Sencillas cruces de madera señalaban las sepulturas cavadas en la tierra”