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Renacer

Es raro, siempre hay algo que nos sorprende. Partiendo por uno mismo. Y por mi padre, que ya no es el mismo, es mucho mejor. Mi casa, eso sí, ya no es igual; mis hermanas decidieron instalarse un tiempo con la Pilar. Así que estamos solos, pero eso ya no me asusta. Al contrario. No sé muy bien lo que va a pasar, pero vamos a salir de ésta. Después veré. Mi padre me ofreció incluso sacarme del colegio, trasladarme al Liceo 11, pero he pensado que mejor no, que por este año, al menos, debería terminar lo que empecé, por que irse en la mitad es como nunca haber llegado. No quiero aislarme porque sí, quiero aislarme cuando lo desee. Huir, al final de cuentas, es mucho más complicado que quedarse. Y yo no estoy preparado todavía. Aún no tengo fuerzas. Prefiero seguir aquí.
El sol ha avanzado y la sombra de la Virgen me ha cubierto.
Hora de partir.
Empiezo a descender. La pendiente está brava y con cada pedaleo, más velocidad agarro. El viento es puro, tan helado que corta. Pero sigo, me gusta. Y mientras más desciendo, mientras más me acerco a mi casa, más fuerte me siento. Es como si el viento me purificara. Es como si tuviera ganas de llegar. De avanzar. De dejar atrás la mala onda, la duda, enfrentar lo que me espera allí abajo.

Mala Onda
Alberto Fuguet
Alfaguara
Página: 333-334
Año de publicación: 1991
Genero: Narrativa
Tags: Santiago