A la chilena
“El bar restaurant Hércules, en Bandera 840, entre San Pablo y General Mackenna, atraía con el chupe de guatitas, los porotos, los riñones con arroz, caracoles en su salsa y la jalea de patas de vacuno. Su lema era “donde siempre son las doce del día para sus comidas”. Y atendía hasta casi las cuatro de la mañana. Era preferido por los intelectuales o la bohemia, y cómo no, si el plato de tallarines costaba $ 1 y la comida completa $ 2”
El Santiago que se fue
Oreste Plath
Fonde de Cultura Económica
Página:
33
Año de publicación:
2010
Edición:
8
ISBN:
978-956-289-082-3
Genero:
Crónica