Conversaciones de motel
Habíamos ido al 420 de Pío Nono, el de la escalera de madera que crujía y no terminaba nunca de subir. Nuestro motel favorito. estábamos en la cama, naturalmente. Ya lo habíamos hecho y había sido bueno y conversábamos de las clásicas cosas irrelevantes que se conversan después. Entonces, sin la mas mínima doble intención, retozando un poco todavía, le conté que la Josefina y Renzo habían decidido casarse. Sebastián me soltó para acercarse a la cerveza que tenía encima del velador.
—Así es este país—, me dijo.
—No exageres—, le dije—. Son sólo dos amigos que se casan. Y están felices.
Trescientos metros
Ernesto Ayala
Alfaguara
Página:
67
Año de publicación:
2000
Genero:
Narrativa