Cita display

Mal llamada plaza del orden

Una, en el maravilloso Bar inglés, tan en carácter con sus maderámenes y sus banderas, sus botellas añejas y sus viejos camareros, que debería ser instituido monumento nacional, como se hace en París con algunos restaurantes característicos, para impedir que se innove y degrade la tradición. Aquí bebemos bebidas inglesas. Más lejos, en la antigua Plaza del Orden, hoy de Aníbal Pinto, nos detendrá al paso otro Bar más castizo, que yo llamo de lo imprevisto, porque a cierta hora, entre gallos y media noche, todo aquel que toque su mampara, se despersonaliza, se incorporeíza casi. Y una asamblea de fantasmas, discute cosas absurdas, pero llenas de originalidad, entre esas cuatro paredes saturadas más que de alcohol, del espíritu de las altas horas, de apasionamiento desinteresado, de gracia gratuita, de fantasía descabellada. Cuando volváis a salir a la mal llamada Plaza del Orden, entraréis también en vuestro aburrido yo y volveréis a ser como siempre y como todo el mundo. Adentro, en el fondo insondable de los espejos, se quedó aprisionada vuestra verdadera manera de ser, la que no puede usarse sino entre once de la noche y tres de la madrugada, en el Bar de los Imprevistos, de la Plaza Aníbal Pinto, de Valparaíso.¡Cuánto tiempo perdido y cuánto ensueño ganado, antes de dormirse en el sueño de los desvelos, primero, y luego, en el sueño sin sueños ni despertar!

Prólogo a Ruta de Sangre
Augusto D'halmar
Zig-Zag
Página: 181
Año de publicación: 1964
Genero: Crónica
Recomendado por: Luis Aguirre