Fundación Antofagasta. El ancla.
Juan López se llamó el aventurero
que abrió tu pétalo de sol nortino;
sembró su corazón en tu camino
y germinó el metal del derrotero.
Un ancla sobre el tiempo pregonero
tatuó en su frente pétrea su destino;
lirio de luz, gaviota en desatino,
el mar se fue contigo, mensajero.
Entraña donde hierve el horizonte,
de Antofagasta retumbó entre monte
y pampa el eco de su huella viva.
Hoy es nido, bandera altiva,
rumbo de Chile con su rojo nombre:
es semilla y pasión en cada hombre.
Camanchaca de espumas
Mario Bahamonde.
Sergraf. Ltda.
Página:
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Año de publicación:
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